Ha pasado un año desde que el trágico caso de Michel Dayana González conmocionó a Cali y al país entero, pero el dolor de su padre sigue tan vivo como el primer día. La joven de 15 años fue víctima de un cruel feminicidio que pudo haberse evitado si el sistema judicial hubiera actuado con diligencia. Harold Echeverry, el responsable de su muerte, tenía antecedentes penales por actos violentos, pero estaba en libertad debido al vencimiento de términos en su proceso judicial. Este hecho ha reabierto un profundo debate sobre las fallas estructurales del sistema de justicia en Colombia, donde la ineficiencia y la burocracia permiten que personas peligrosas queden libres, con consecuencias devastadoras.
En una entrevista exclusiva con Siria Ortiz, el padre de Michel Dayana expresa su impotencia y rabia. «No entiendo cómo alguien con antecedentes como él podía andar libre. Mi hija estaría viva si se hubiera hecho justicia a tiempo», dice con la voz quebrada. El caso, que se convirtió en un símbolo de las fallas en la protección de las mujeres, ha movilizado a organizaciones sociales que exigen reformas urgentes para garantizar la seguridad de las víctimas y que los procesos judiciales se resuelvan con celeridad.
Mientras tanto, Harold Echeverry enfrenta un nuevo juicio, pero el daño ya está hecho. Para el padre de Michel Dayana, ningún fallo judicial reparará la pérdida irreparable de su hija. «No quiero que ninguna familia pase por este calvario», concluye. El reportaje de Siria Ortiz destaca no solo la tragedia personal, sino también la responsabilidad del Estado en evitar que historias como la de Michel se repitan. Este caso deja una lección amarga y una urgente necesidad de cambio.