Los investigadores de la Sijin pasaron 10 meses realizando seguimientos, logrando comprender su modus operandi, donde el factor clave eran las mujeres, quienes resultaban atractivas y sabían cómo seducir a sus víctimas. Cada vez que llevaban a cabo el delito, alteraban algún rasgo físico para evitar ser reconocidas.
Una vez que estas mujeres esbeltas tenían a la víctima asegurada, les administraban escopolamina usando fármacos psiquiátricos como lorazepam y benzodiacepina, sin considerar las consecuencias que podrían dejar en estos hombres.
Ahora los hombres eran los encargados de finalizar el trabajo sucio. Todas las víctimas eran trasladadas al sur de Bogotá, específicamente al barrio Venecia, donde contaban con cuartos oscuros, ya que podían permanecer secuestradas entre dos y cuatro días hasta que les desocuparan las cuentas bancarias.
Cuartos oscuros donde secuestraban y escopolaminaban a sus víctimas
Aquellos que no se alineaban con esta organización eran severamente castigados; de hecho, hay una persona que estuvo a punto de perder la vista debido a las graves heridas que sufrió por negarse a entregar sus ahorros de toda una vida.
Los Venecia realizaron un robo de $150.000.000 a una persona que vendía esmeraldas, robándole no solo sus piedras preciosas, sino también dinero en efectivo y una camioneta, dejándolo prácticamente en la calle.
Las áreas donde sus actividades eran más notorias y problemáticas incluían Chapinero, Kennedy, Engativá, Suba y Teusaquillo. Es fundamental recordar que, al salir de fiesta, no se debe confiar completamente en una apariencia atractiva y buenas curvas, ya que en la búsqueda de diversión, se pueden encontrar situaciones muy peligrosas.