La guerra entre carteles de México llego hasta el Putumayo en Colombia por el control del narcotráfico
En las profundidades de la selva colombiana, donde la humedad se cuela en los huesos y la naturaleza reclama su territorio, se libra una guerra silenciosa y brutal por el control del narcotráfico. El departamento del Putumayo, otrora pacífico, se ha convertido en un polvorín donde los carteles mexicanos de Sinaloa y Jalisco Nueva Generación han extendido sus tentáculos, desafiando el poder de las mafias locales y las antiguas guerrillas.
Nuestros periodistas, acompañando a los intrépidos Comandos Jungla de la Policía Nacional, se adentraron en este laberinto verde para presenciar de primera mano las operaciones de erradicación de cultivos ilícitos y la destrucción de laboratorios clandestinos. La selva, que alguna vez fue un refugio de vida, ahora es un escenario de violencia, donde cada árbol esconde un secreto y cada sendero conduce a un peligro inminente.
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Los agentes del orden, con sus rostros camuflados y sus armas al hombro, avanzan cautelosamente por la espesa vegetación, enfrentando no solo las inclemencias del clima sino también el riesgo de emboscadas y enfrentamientos armados. Las imágenes que captamos durante esta peligrosa misión revelan la magnitud del problema y la sofisticación de las organizaciones criminales que operan en la zona.
Laboratorios de alta tecnología, pistas clandestinas y extensas plantaciones de coca evidencian la capacidad de estos grupos para producir y comercializar cocaína a gran escala. La presencia de los carteles mexicanos ha intensificado la violencia en la región, generando desplazamientos forzados, homicidios selectivos y un clima de terror que atemoriza a la población civil. La lucha contra el narcotráfico en el Putumayo es una batalla desigual, donde las fuerzas del orden se enfrentan a enemigos poderosos y bien armados.